Hay dos momentos clave en la Gestión Empresarial en los que tener a alguien con quien debatir resulta imprescindible.

Uno es cuando se quiere empezar a dar paso a la siguiente generación. No está mal hacerles empezar barriendo la empresa (empezar desde abajo) para que vayan asumiendo la filosofía y el sentimiento del negocio; tampoco es mala idea enviarles a una Escuela de Negocios para que se formen en lo general de las tareas y tendencias empresariales, pero… ¿después que?

Será difícil que el día a día nos permita, desde la gerencia efectiva, ejercer una tutoría regular y eficiente sobre los sucesores, lo que les dejará en un «mar de dudas» que deberá poder digerir, para llegar al estadio de poder consultar y/o proponer, coherentemente, mejoras, sugerencias, inventos… haciendo pasos positivos y válidos.

Esa tutoría, realmente necesaria y conveniente, puede ser asumida por un consultor de confianza que tenga la disponibilidad, programada y esporádica, para que la nueva generación disponga de interlocutor que le ayude a clarificar sus propias ideas y convertirlas en planteamientos presentables y evaluados.

El otro gran momento en el que disponer de la figura del consultor es del máximo interés, es cuando te percatas de que la Gestoría con la que trabajas ha quedado obsoleta y solo te sirve para ponerle solfa legal a los datos que, desde la empresa les facilitas, sin entrar a procesos de análisis que les permita asesorarte a nivel estratégico, a pesar de que disponen de toda la información necesaria para ello.

En ambos casos es bueno tener un seguro, una mutua, un frontón que te devuelva la pelota desde otro ángulo.

Por hacer una comparación, es como aquel médico de cabecera al que recurres cuando te aparece una duda. ¿Por que? Porque te conoce, te sigue y puede dar respuesta a tus preguntas, aun que solo sea por teléfono.

Gerenciar, conducir, dirigir… son tareas que generan mucha solitud, que te enfrentan a decisiones difíciles e incluso, a veces, dolorosas y poderlas compartir con alguien de absoluta confianza, armado con un historial amplio, ayuda mucho a analizar, sintetizar, objetivar y diseñar su resolución.

Desde marquimting y para empresas con mentalidad comercial, nos sentimos capacitados para ejercer esos ejercicios de consultoría. Si cree en esa utilidad, llámenos y hablamos, después usted decide.