Según la R.A.E. y tomando las acepciones que tienen relación con el ámbito empresarial, VENDER es:
1.- Traspasar a alguien, por el precio convenido, la propiedad de lo que se posee
2.- Exponer u ofrecer al público los géneros o mercancías para quien las quiera comprar
5.- Hacer aparecer o presentar algo a alguien de una manera hábil y persuasiva
y COMPRAR es:
1.- Obtener algo por un precio
Y a todo eso, el VENDEDOR, que misión tiene?
Sencillamente ofrecer y presentar lo que la empresa decide vender, de una manera hábil y persuasiva
Es decir, el personaje «vendedor» es, simplemente, el pendrive que la empresa usa para ir, cliente por cliente, a transmitir cosas en las que el vendedor no ha tenido arte ni parte.
Si el producto es adecuado, el precio asumible, las condiciones de entrega y pago se ajustan a las pretensiones del comprador y los apoyos publicitarios merecen la aprobación de ese comprador, el vendedor, de manera hábil y persuasiva (ajustando la presentación a las características del comprador) logrará el pedido pero… si desde la empresa no se han realizado correctamente las tareas, por hábil y persuasivo que sea el vendedor, no habrá venta.
El vendedor, tal como hoy se usa, tiende a desaparecer. Si la empresa trabaja con mentalidad de marquimting, lo de presentar y ofrecer podrá hacerlo por correo electrónico, WhatsApp, video-conferencia o cualquier otra nueva tecnología que facilite la conexión empresa-cliente, porqué habrá diseñado un producto inteligente que satisfará las necesidades y deseos del comprador, le habrá fijado un precio asumible y su logística estará pensada para encajar con las conveniencias del comprador, es decir, habrá conseguido lo que preconizaba Peter Druker, que produzcas lo que te compren, que no tengas que «venderlo»